La política no es solo ni siempre, la que ejercen los políticos, sino lo que hacen los ciudadanos y sus organizaciones cuando se ocupan de la cosa pública. Por ello entendemos hoy en día a la política como forma para el desarrollo humano y es así porque ésta se erige como argumento fundamental para el reclamo de reivindicaciones humanas, para el mejoramiento de la vida en sí, y es que lo político invade la esfera de lo humano porque las normas que controlan nuestro accionar cotidiano llevan inmersas normas y reglas nacidas de la democracia como forma de gobierno, por ello hoy se define la democracia como un proceso de desarrollo humano de expansión de libertades reales que goza un pueblo. Aunque en nuestro País pensemos lo contrario.
En la actualidad la democracia viene acompañada del nuevo concepto de ciudadanía social, que no es otra más que aquella que profundiza el accionar del debate público, recupera lo público para la participación y discusión, busca imponerse sobre los poderes fácticos, intenta hacer de lo político lo cotidiano y surge así la mal llamada “sociedad civil” que no es un ente aislado diferente o mejor que los partidos políticos, al contrario, se entiende que sociedad civil organizada es toda agrupación u organización de personas que entiende lo social como un hecho político en el que debe participar, que logra reivindicaciones y consolida proyectos, así que termina siendo sociedad civil todo aquella entidad que se interesa por lo político social; partidos políticos, grupos de defensa de consumidores, asociaciones civiles, grupos ambientalistas, universidades, etc.
Por lo antes expuesto y muchos factores mas la latinoamérica de hoy vive profundos procesos de cambio, nuestro país no escapa de esta tendencia, el gran desequilibrio entre lo político y lo económico, la falta de autonomía que limita el accionar económico de los pueblos y la complejidad provocada por los cientos de organismos creados para controlar los mercados han ocasionado que se disocien mas los pueblos de la cosa pública, los controles en la participación por parte de los estados solo ha dejado claro que existen serias amenazas que dificultan plenamente canalizar las demandas de los ciudadanos. La idea que nos vende el gobierno es otra, abrazan la bandera de la participación y la inclusión cuando los hechos han venido demostrando lo contrario, no solo se gobierna bien cuando le cobija al mas desposeído y se emprenden políticas para mejorarle sus condiciones dejando de lado los que medianamente han sido favorecidos por una mejor educación o sencillamente tienen mejor calidad de vida por causas exógenas que no son materia de este ensayo, se gobierna bien cuando la inclusión es total, cuando no hay separación acentuada de clases y no se divide la sociedad en buenos y malos, estas conmigo o sencillamente estas contra mi. Estudios realizados por el PNUD han demostrado que el fortalecimiento de la participación pasa también por el fortalecimiento de los partidos políticos, estos estudios encargados por la ONU han reflejado de igual manera cosas alarmantes como por ejemplo, la baja preferencia por la democracia como forma de gobierno, incluso en algunos países como el nuestro, hay opiniones que reflejan que gran parte de la población apoyaría a un gobierno que no fuera democrático siempre y cuando solucione los problemas económicos, claro está, estas personas que abanderan este pensamiento se comprenden entre los estratos sociales mas deprimidos cuya socialización siempre está supeditada a expectativas, lo que les ha generado una gran desconfianza por las instituciones democráticas y los partidos.
La democracia no solo es una forma de gobierno, es una experiencia de vida que junto a la lucha por las reivindicaciones humanas termina siendo mas que una tendencia política para convertirse en una forma de vida, por ello todo lo que hacemos en el transcurrir de nuestra vida debe reflejar una gran vocación por el servicio, por el humanismo, por la social democracia inspirada en los valores humanos de libertad, justicia y progreso. Ya decía Tocqueville que la democracia caracterizaba una forma de sociedad y no solo sus instituciones y principios políticos. La ciudadanía no solo está dada hoy en día por el ejercicio de los derechos y deberes políticos, está mucho más allá, pasa por el hecho de organizarse y fomentar la inclusión.